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Un Mensaje a la Conciencia

Christian Talk

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Location:

Costa Mesa, CA

Description:

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Language:

Spanish

Contact:

Asociación Hermano Pablo Box 100 Costa Mesa, CA 92628 9499227501


Episodes
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«¿Cómo puedo hablar con ella sin disgustarnos?»

5/13/2025
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace menos de un año me casé. Amo a mi esposa... pero hemos tenido problemas, ya que cuando hay algo que nos disgusta y nos hace pelear, intento resolver para no dejar que pase y poder dormir con tranquilidad y en [armonía]. Pero ella se queda callada en vez de resolver, y eso me molesta mucho, por lo que me hace actuar de mala manera, no pegándole pero sí ignorándola en varias ocasiones. »¿Cómo puedo hacer, o cuál es la manera para que yo pueda hablar con ella sin disgustarnos? ¿Cómo puedo llevar una conversación sin herirla?» Este es el consejo que le dimos: «Estimado amigo: »... Por lo general, las mujeres y los hombres responden al conflicto de modos distintos. Algunos expertos dicen que el promedio de palabras dichas cada día por las mujeres llega a veinticinco mil, mientras que el promedio entre los hombres es de sólo diez mil palabras al día. Las mujeres son propensas a querer hablar acerca de sus emociones y de los pormenores de cada situación, mientras que los hombres tienden a querer ir al grano, identificar el problema y resolverlo cuanto antes. Ni una ni otra alternativa es la correcta o la incorrecta, sino que entre los cónyuges debe haber acuerdos. »Cuando una mujer (o un hombre) se niega a hablar acerca de un problema, por lo general hay algo del pasado que está afectando esa conducta presente. Muchas veces las mujeres no hablan porque se han dado cuenta de que los hombres en realidad no quieren oír todos los pormenores ni las emociones. Y sin embargo ellas pudieran convencerse de que no se vislumbra ninguna solución del problema sin exponerse al proceso de expresar sus sentimientos y de ser oídas y comprendidas por su esposo. Los esposos no quieren más que resolver los problemas y evitarse todo el parloteo.... »Nosotros estamos totalmente de acuerdo con el principio bíblico que dice que no debemos permitir que el sol se ponga estando aún enojados.1 Al principio de nuestro matrimonio, tratamos de resolver todo conflicto antes de dormirnos cada noche. ¡Sí que perdimos sueño! Un día nos dimos cuenta de que podíamos dormirnos sin haber llegado todavía a un acuerdo, pero no sin antes habernos pedido perdón el uno al otro por palabras que nos habíamos dicho enojados y habernos puesto de acuerdo sobre una hora del día siguiente en que volveríamos a tratar el asunto. Aprendimos que podíamos superar nuestro enojo y concentrarnos en solucionar el problema específico. »En cada discusión, las parejas pueden mostrarse respeto mutuo por sus opiniones particulares respectivas, emplear palabras amables, y escuchar sin interrumpir, aun cuando no estén de acuerdo en los pormenores. Tal vez requiera meses de práctica de estos principios sencillos, pero si se dedica a hacerlo, su esposa tarde o temprano comenzará a comunicarle sus pensamientos y sus sentimientos. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace que dice: «Caso 123» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Visión perdurable

5/12/2025
El tiempo había transcurrido de noviembre a julio. En nueve meses pasan muchas cosas: un bebé es concebido y avanza a su madurez en el vientre materno; tres estaciones del año pasan siguiendo su ritmo inevitable; la política, la economía y el deporte experimentan grandes cambios. Pero esos nueve meses no trajeron ningún cambio en la vida de Carmela Salas, de 65 años, mexicana residente de Texas. Los pasó, según el periódico «Los Ángeles Times», contemplando el cadáver de su esposo, Enrique Salas, acostado en la cama matrimonial. Cuando el esposo murió, ella, negándose a reconocer la realidad, hizo de cuenta que la desgracia no había pasado, y el tiempo se detuvo para ella. Este no es el primer caso en que hombres o mujeres ven morir al ser más querido y no se resignan a tener que dejar de mirarlo. Y aunque son cadáveres ya, y la momificación de la muerte ha comenzado el proceso de descomposición, el amor que les tienen es más fuerte. El odio jamás hará una cosa semejante. El odio tiende a destruir, destrozar, masacrar y a hacer desaparecer todo de la vista. El amor construye, y cuando no puede construir, hace perdurar. Porque el amor es muy diferente al odio. El amor de Dios es el amor más fuerte que existe. Es una fuerza que tiende siempre a reparar, a curar, a construir, a conservar lo bueno, a hermosear más lo que ya es lindo, a regenerar, a purificar y a santificar. El amor de Dios tiende siempre a perdonar y, más que perdonar, a olvidar. Incluso olvida el pecado, el mal, la falta, la derrota, el fracaso humano. Y como Carmela Salas, Dios también contempla perdurablemente a sus seres amados. Él nunca deja de mirarlos. «El Señor recorre con su mirada toda la tierra —dice la Biblia—, y está listo para ayudar a quienes le son fieles» (2 Crónicas 16:9). No hay nada más perdurable, poderoso, fiel y comprensivo en la humanidad que el amor de Cristo. Es un amor que nunca falla, una sabiduría que nunca yerra. Tener un corazón entregado a Él es asegurarse la bendición de la vida eterna. Tomemos hoy la más grande decisión moral posible: Elijamos a Cristo como nuestro Salvador y nuestro Señor. Hermano Pablo Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Las expectativas de mi novio»

5/10/2025
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Llevo cinco años de noviazgo, pero a veces siento como si lo que hago no satisface las expectativas de mi novio. Siempre habla de [lo que a él le interesa, y] siempre se hace lo que él quiere.... [Y hay ocasiones en que] le doy mi opinión sobre algo, y me dice que lo [acepte tal como es él].» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Lamentamos que haya optado por mantener un noviazgo con un hombre que sólo piensa en sí mismo. Al actuar como si los deseos y las opiniones de usted poco le interesaran, él hace que sienta que usted no vale nada. »Ese hombre tal vez sienta que la ama, pero la definición que él tiene del amor ni siquiera considera... lo que usted necesita. Al contrario, todo gira en torno a lo que necesita y quiere él. »¿Puede entonces usted ayudar a su novio a comprender que el verdadero amor respeta y valora a la otra persona? No. Él dice más bien que usted debe aceptarlo tal como es: incapaz de amarla de la manera como necesita ser amada. Usted tiene que aceptar el hecho de que él nunca valorará lo que usted opina ni lo que le importa. Y usted tiene que aceptar el hecho de que optar por vivir con él siempre será lo mismo que vivir dedicada a servirle. »Sin embargo, le tenemos buenas noticias: ¡Hay otra opción! Usted no tiene que seguir siendo la novia de este hombre. No tiene que dejar que él siga menospreciándola y faltándole al respeto. »No trate de convencerse de que él va a cambiar. Ni siquiera considere casarse con él o tener un bebé con él. Nosotros creemos que usted debe más bien ponerle fin al noviazgo antes de que empeore la situación. »Podemos imaginarnos su respuesta: “Yo lo amo de todos modos. No soporto la posibilidad de dejarlo. No quiero estar sola. Y no quiero herirlo.” Pero si usted se enfoca en lo que está sintiendo, dejará que esas emociones arruinen su vida. Esas emociones le están impidiendo reconocer la verdad de que un futuro con este novio sería un futuro miserable y lleno de remordimiento. »Si quiere saber cómo es el verdadero amor, considere lo que Jesucristo hizo por nosotros. En vez de salvar su propia vida, Jesús optó por dar su vida en una cruz. Lo hizo por lo mucho que nos ama. Él murió por nuestros pecados para que no tuviéramos que afrontar el castigo eterno. Antepuso lo que necesitamos nosotros a lo que necesitaba Él. Eso es lo que hace el verdadero amor. »Muchas mujeres en su situación cierran los ojos ante la realidad y se dejan llevar por sus emociones. Y después nos cuentan su caso y nos piden ayuda. ¡Le rogamos que no se convierta en una de esas mujeres!» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 722. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Juntos en el sepulcro

5/9/2025
Un hombre borracho y perverso tenía un hijo que, a pesar de los esfuerzos de la madre por guiarlo por el camino del bien, se dejó arrastrar por toda suerte de vicios y malas compañías. El joven llegó a ser uno de los peores criminales de su tiempo. Cuando cometió un horrible asesinato, lo juzgaron y lo condenaron a muerte. Su madre, ya viuda, sufría más que él por esa situación. Los miembros de la sociedad en que vivía se sintieron satisfechos por la sentencia, pues pensaron que se había hecho justicia. Sin embargo, la madre no desmayó. Al contrario, solicitó un indulto, pero le fue negado. Cuando fusilaron a su hijo, ella pidió su cuerpo, pero no se lo entregaron porque era costumbre enterrar a los ajusticiados en el patio de la cárcel. Aquella madre pasó muchos años haciendo memoria de su hijo. Recordaba su sonrisa, su melodiosa voz de niño y su inocencia infantil, pero nunca llegó a aceptar que era un criminal. Lejos de eso, antes de su propia muerte la fiel y abnegada madre pidió que la sepultaran junto a su hijo en el patio de la cárcel. Y en honor a su lealtad y su amor de madre, le concedieron su petición. En este mundo no hay amor como el amor de una madre. Ella lo sufre todo por su hijo. Aunque él sea rebelde, ella le muestra cariño. Aunque sea perverso, ella le brinda su amor. Y aunque la sociedad lo juzgue y lo condene, ella tiene siempre la esperanza de que su hijo se volverá de su mal camino. Con todo, el amor de la madre no puede compararse con el amor de Dios. La madre quiere tanto a su hijo que hace caso omiso de su maldad para seguir amándolo, y hay momentos en que no quiere siquiera saber el monto de sus maldades. En cambio, Dios está tan consciente de lo vil que es nuestro pecado que, en vez de hacer caso omiso de él, da su vida en nuestro lugar para salvarnos de las terribles consecuencias de ese pecado y ofrecernos vida eterna. «Porque tanto amó Dios al mundo —dice el Evangelio según San Juan—, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.» Así como la madre del joven criminal de nuestra historia, Dios también se hizo sepultar entre los malvados a fin de identificarse con un ser querido en medio de una prisión. Pero en el caso de Dios no era por un solo ser querido sino por toda la humanidad, ni era la prisión de un solo lugar sino de este mundo pecador. Porque mediante la muerte Él se identificó con todos nosotros en nuestro pecado a fin de darle muerte simbólica a ese pecado para que también pudiéramos resucitar con Él y así disfrutar de la vida eterna que vino a darnos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Un hombre capaz de abusar sexualmente de su propia hija»

5/8/2025
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo una familia que consiste de una niña de doce años y dos niños, y de mi compañero, quien es el padre de todos mis hijos.... Lamentablemente, él abusó sexualmente de nuestra hija. Cuando yo me enteré, él, arrepentido, se humilló y recibió a Cristo en su corazón, le pidió perdón a mi hija y me pidió perdón también a mí.... »Mi madre quiere que yo lo denuncie y ya no siga con él.... Yo sé que debemos perdonar, pero también pienso en mi hija. No sé si ella necesita ayuda. Ella dice que lo perdona y que no quiere que suframos.... ¿Cómo hago para olvidar y que mi familia se reconstruya?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... Tiene razón al decir que debemos perdonar. Es tan importante que Jesucristo enseñó que si no les perdonamos a otros sus pecados, nuestro Padre celestial no nos perdonará los pecados nuestros.> »Sin embargo, Cristo no dijo que el perdón incluye fiarnos de la persona que nos ha hecho daño, ni que debemos ponernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos en peligro de volver a ser víctimas de abuso. »Nadie excepto Dios sabe la verdad en cuanto a si el compañero suyo fue sincero cuando le pidió a Dios que lo perdonara. Muchos de los que abusan sexualmente de los niños dirán lo que sea para evitar ser castigados.... Pero, lamentablemente, la mayoría de ellos no dejan de cometer semejante abuso. »Un hombre capaz de abusar sexualmente de su propia hija es más que un simple depredador sexual y más que un simple pedófilo. Él cometió incesto, lo que significa que su mente es capaz de dejar completamente de lado el amor paterno normal y considerar más bien a su propia hija como un objeto sexual y como un medio para satisfacer sus propios deseos.... »Como si eso fuera poco, él luego la engañó a usted logrando que lo protegiera y encubriera su conducta desviada, valiéndose del concepto bíblico del perdón como una trampa. Y consiguió que usted lo eligiera a él con toda su perversidad en lugar de su inocente hija. »Tenga la seguridad de que su hija nunca lo olvidará.... Él la despojó de lo que nunca podrá ser restaurado. Ella va a necesitar ayuda profesional si es que usted quiere que ella alguna vez llegue a comprender que aún sigue siendo la criatura inocente, pura y hermosa que era antes de ser víctima de ese despojo. »Siga hoy mismo el consejo de su mamá. Denuncie lo ocurrido ante las autoridades. ¡Proteja a su hija! ¡Y póngale fin a semejante engaño!» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 841. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Manzanas podridas

5/7/2025
(Aniversario de la Muerte de José María Heredia) Un cierto avaro compró de manzanas dos o un ciento, y en un oscuro aposento de todos las escondió. El avaro cada día las manzanas visitaba: si alguna podrida hallaba, suspirando la comía.... Su hijo que, según se piensa, radiaba el pobre de hambriento, descubrió con gran contento de su padre la despensa.... La llave, pues, le quitó: abre el cuarto, y entra ansioso. Y su diente vigoroso en las manzanas cebó.... En esto su padre entró, y como le halló comiendo, «¡Ah, bribón! ¿Qué estás haciendo?», furioso le preguntó.... «Si no me entregas, mal hijo, las manzanas, te hago ahorcar.» Sin suspender el mascar, el bribonzuelo le dijo:... «Yo muy bien he procedido; ningún daño os he causado: las podridas he dejado, y las buenas he comido.» En esta imitación de Florián que hace el poeta cubano José María Heredia, el avaro que compró las manzanas y las escondió pronto aprendió que Dios las creó para que el hombre las comiera; de lo contrario, se pudren. Para mantener oculto su plan egoísta de guardarlas para sí y no compartirlas con nadie, tuvo que comerse las que se iban pudriendo, no fuera que el olor de ellas lo delatara. Su hijo le sacó la partida cuando descubrió el escondite de las manzanas y comenzó a comerse las buenas. Aun cuando el padre acaparador lo pescó en el acto y quiso condenarlo sin piedad, el hijo tenía toda la razón al contestarle tranquilamente que no estaba sino haciéndole el favor de comerse las buenas antes que se pudrieran. Así su padre mezquino no tendría que pasar el suplicio de comerse esas mismas manzanas cuando estuvieran podridas. Definitivamente a ese padre avaro «le salió el tiro por la culata». La moraleja de ese cuento en verso se halla en esta estrofa del poema jocoso del mismo autor titulado Le cayó la lotería: Aquí la expresión «le cayó la lotería» significa todo lo contrario a «se ganó la lotería». Tal vez haya influido en Heredia la enseñanza de San Pablo de que por la avaricia, que es idolatría, viene el castigo de Dios.3 El avaro es idólatra porque adora sus posesiones. Y el único digno de nuestra adoración es Dios.4 No es de extrañarse entonces que el apóstol Pablo también asevere que «ni los ladrones ni los avaros... heredarán el reino de Dios.»5 Es decir, tanto al ladrón del cuento como a su miserable víctima les espera el mismo fin. Más vale que adoremos únicamente a Dios, dándole oportunidad a su Hijo Jesucristo a que reine en nuestro corazón en lugar de las cosas de este mundo. Sólo así podremos asegurar la entrada en el reino de los cielos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«La niña ciega»

5/6/2025
¡Qué ciego es el mundo!, madre, ¡qué ciegos los hombres son! Piensan, madre, que no existe más luz que la luz del sol. Madre, al cruzar los paseos cuando por las calles voy, oigo que hombres y mujeres de mí tienen compasión; que juntándose uno a otro hablan bajando la voz, y que dicen: «¡Pobre ciega!, que no ve la luz del sol.» Mas yo no soy ciega, madre; no soy ciega, madre, no. Hay en mí una Luz divina que brilla en mi corazón. El Sol que a mí me ilumina es de eterno resplandor; mis ojos, madre, son ciegos..., pero mi espíritu... no. Cristo es mi Luz, es el día cuyo brillante arrebol no se apaga de la noche en el sombrío crespón. Tal vez por eso no hiere el mundo mi corazón cuando dicen: «¡Pobre ciega!, que no ve la luz del sol.» Hay muchos que ven el cielo y el transparente color de las nubes, de los mares la perpetua agitación, mas cuyos ojos no alcanzan a descubrir al Señor, que tiene a leyes eternas sujeta la creación. No veo lo que ellos ven, ni ellos lo que veo yo: ellos ven la luz del mundo; yo veo la luz de Dios. Y siempre que ellos murmuran: «¡Pobre ciega!», digo yo: «¡Pobres ciegos!, que no ven más luz que la luz del sol...» Este hermoso poema de autoría desconocida se titula «La niña ciega». Pero bien pudiera llevar por título «La niña vidente», pues nos abre los ojos a la dicha de la vista espiritual en contraste con la desdicha de la ceguera espiritual. Por lo general, los que no hemos perdido la vista pensamos únicamente en la función física de los ojos. Y sin embargo lo cierto es que es muy importante la vista espiritual. Si bien la niña ciega identifica a Jesucristo como la Luz divina que brilla en su corazón, es porque Él mismo se identificó, cuando vivió entre nosotros, como la Luz del mundo. Cristo dijo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» Si queremos tener esa Luz de la vida, no tenemos siquiera que disfrutar de la vista física. Basta con que permitamos que Cristo nos ilumine, como el Sol al que se refiere la niña ciega, que nunca se oculta porque «es de eterno resplandor». Si le pedimos a Cristo que nos alumbre de este modo, y lo seguimos como Él nos invita a que lo hagamos, se cumplirá en nosotros su promesa de que no andaremos en tinieblas. Descubramos al Señor, como lo descubrió la niña ciega pero vidente. Así no nos importará si brillamos o no con luces propias, ya que tendremos la Luz más brillante del mundo, la Luz de la vida. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«La voz entrañable de mi madre»

5/5/2025
«Mis primeros recuerdos emergen de una sensación acariciante y melodiosa.... La voz entrañable de mi madre orientaba mis pensamientos....» Así comienza su autobiografía titulada Ulises criollo el eminente escritor y estadista mexicano José Vasconcelos. Junto a su padre, ya casi terminado el siglo diecinueve, la madre del pequeño José había habitado el inhóspito desierto de Sonora como pionera, entregando cuerpo, alma y espíritu por el bien de su familia. «Gira el rollo deteriorado de las células de mi memoria —continúa Vasconcelos—; pasan zonas ya invisibles y, de pronto, una visión imborrable. Mi madre retiene sobre las rodillas el tomo de Historia Sagrada. Comenta la lectura y cómo el Señor hizo el mundo de la nada, creando primero la luz, en seguida la tierra con los peces, las aves y el hombre. Un solo Dios... y la primera pareja en el Paraíso. Después, la caída, el largo destierro y la salvación por obra de Jesucristo; reconocer al Cristo, alabarlo; he allí el propósito del hombre sobre la tierra. Dar a conocer su doctrina entre los gentiles, los salvajes; tal es la suprema misión.» «Si vienen los apaches y te llevan consigo, tú nada temas —le decía ella—: vive con ellos y sírveles; aprende su lengua y háblales de Nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros y por ellos, por todos los hombres. Lo importante es que no olvides: hay un Dios todopoderoso, y Jesucristo es su único hijo. Lo demás se irá arreglando solo. Cuando crezcas un poco más y aprendas a reconocer los caminos, toma hacia el sur, llega hasta México, pregunta allí por tu abuelo... Esteban Calderón de Oaxaca; en México lo conocen; te presentas, le dará gusto verte; le cuentas cómo escapaste cuando nos mataron a nosotros... Ahora bien, si no puedes escapar o pasan los años y prefieres quedarte con los indios, puedes hacerlo; únicamente no olvides que hay un solo Dios padre y Jesucristo su único hijo; eso mismo dirás entre los indios...» Llega el día en que se invierten los papeles, y las lágrimas con que se cortó el discurso de la madre aquel día ya no las derrama la madre sino el hijo, que acaba de recibir un telegrama: «Avisen Carmita grave, no hay esperanzas.» Y antes de poder siquiera responder, le comunican otro mensaje: «Resígnate.... Te acompañamos en tu pena.» «“No ames lo que se ha de morir —había dicho ella tantas veces—; sólo al Dios eterno has de amar.” ... En ese momento, sin embargo, por primera vez —confiesa Vasconcelos—, vaciló mi fe y no sabía si creer o no creer en el más allá de las almas.... Y martillaba mi mente la evidencia brutal de que jamás volvería a contemplar el rostro amado.» A pesar de reflexiones como éstas que lo desgarran, Vasconcelos resuelve sus dudas respecto al más allá, en el que halla consuelo, pues concluye: «Mi madre había cumplido su tarea y se iba al cielo.» Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Textos: Una antología general

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«Ella sugiere que nos casemos dos veces»

5/3/2025
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Llevo viviendo un buen tiempo con mi novia, y tenemos varios hijos en común. Hemos decidido casarnos, pero ella es católica y yo protestante. Ella sugiere que nos casemos dos veces para no tener conflictos, pero yo no estoy muy seguro. ¿Qué me recomiendan hacer?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »... En primer lugar, ¡lo felicitamos por decidir casarse! ... Cuando los cónyuges se dicen mutuamente los votos matrimoniales, se están comprometiendo a establecer un fundamento para todo el porvenir. Cada cónyuge le está asegurando al otro, como también a los hijos, de ese compromiso a la relación matrimonial.... »Si no tuvieran hijos, les recomendaríamos que decidan a qué clase de iglesia piensan asistir con ellos. Pero como ya los tienen y no los están llevando a ninguna iglesia, parece que tampoco han tomado una decisión acerca de eso. »Tal vez les sorprenda el hecho de que nosotros tenemos cuatro hijos casados y que ninguno de ellos se casó en una iglesia. En vez de optar por celebrar la boda en un edificio construido por manos humanas, cada uno prefirió que el clérigo los casara al aire libre, con el fondo de la naturaleza creada por Dios. »Si bien los líderes de algunas iglesias insisten en que hay que casarse en el edificio de ellos para que sea válido el matrimonio, la Biblia no dice nada respecto a dónde deben celebrarse las bodas. Nosotros hemos asistido a bodas en hogares, hoteles, parques y hasta frente al mar. El factor importante no es el lugar donde se dicen los votos sino más bien si se los están diciendo tanto a Dios como al cónyuge. »Así como el asistir a una iglesia no santifica a una persona, tampoco el casarse en un edificio bendice ni santifica ningún matrimonio. Dios no se fija en el local de la iglesia a la que asistimos ni en dónde nos casamos; Él se fija en nuestro corazón. ¿Le ha entregado usted su corazón a Dios? ¿Le ha pedido que perdone sus pecados y lo ayude a vivir conforme Él quiere que viva? »Le recomendamos que haga una búsqueda por Internet acerca de las diferencias entre las creencias católicas y las protestantes. (No le vamos a sugerir ningún sitio particular en la red porque creemos que no es prudente que avalemos la validez o confiabilidad de un sitio por encima de otro en este asunto.) A usted y a su novia les conviene estudiar cada doctrina y conversar acerca de las diferencias entre ellas. Es muy posible que uno de los dos o ambos nunca hayan examinado a fondo la fe que profesan. Esa conversación bien pudiera ayudarles a tomar ciertas decisiones sobre quién oficiará en la ceremonia de bodas y a qué iglesia pudieran comenzar a asistir junto con sus hijos.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 721. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Te perdono»

5/2/2025
Ismael Cerna era sobrino del Mariscal Vicente Cerna, quien había sido depuesto como presidente de Guatemala. Ismael empleaba sus dotes de poeta para combatir, mediante la prensa y otras actividades, al entonces presidente, el general Justo Rufino Barrios. Lo cierto es que no comulgaba en absoluto con el régimen de Barrios. Tanto insistió en atacarlo el joven Cerna, que el presidente Barrios resolvió mandarlo a la cárcel por actividades subversivas. En la cárcel el joven poeta, inspirado por quién sabe qué, le envió un nuevo poema al presidente en el que lo calificaba de tirano. Y como si eso fuera poco, retó a Barrios a que le quitara la vida. El presidente, después de leer el poema detenidamente, mandó llamar al poeta para que se lo leyera en voz alta. Cerna no se acobardó, sino que lo hizo con la voz vibrándole de emoción. Barrios quedó admirado de la actuación del poeta y le dijo: —Estos versos no son malos, joven. Cerna replicó: —Si son buenos o malos no lo sé, puesto que sólo los he sentido. Barrios le preguntó entonces: —¿Le gustaría estar libre? Pero Cerna le contestó: —A usted no le pido nada. —Está bien —concluyó Barrios—, está libre. ¡Váyase! La historia me hará justicia aunque usted no lo haga. Cerna salió de la cárcel y también del país en exilio voluntario, y no volvió sino hasta después de la muerte de Barrios. Pero no se quedó callado. En un aniversario de la muerte del exmandatario, aprovechó la ocasión para subir a la tribuna y recitar los siguientes versos: Tal vez haya influido en Ismael Cerna el siguiente consejo que San Pablo les dio a los efesios: «Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.» Todos necesitamos el perdón, tanto el darlo como el recibirlo. Los que no somos perdonadores somos perdedores. Y los que no recibimos el perdón de Dios perdemos la vida eterna que Él nos dio al morir en la cruz. Para recibir ese perdón divino y la vida eterna que lo acompaña, basta con que oremos el padrenuestro así como Cristo nos enseñó que hiciéramos: «Padre, ... perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden.» Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Anécdotas del General de División Don Justo Rufino Barrios

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Para evitar el mal

5/1/2025
«El administrador [de la hacienda, don José Antonio,] invitó al Jefe [del Resguardo] y al periodista [secretario de la Municipalidad] a pasar la noche en su casa. »Doña Rosita, que aguardaba ansiosa el regreso de su marido, atendió a las visitas con solemne cortesía.... Aprovechando la presencia del representante del periódico... hábilmente sacó a relucir todos sus conocimientos, no olvidó las disimuladas alusiones al colegio en que se había educado y a la posición social de su familia y, ya refiriéndose a los acontecimientos del día, criticó las depravadas costumbres de la gente de la hacienda.... »—Eso mismo ocurre en todos los rincones del país —afirmó... doña Rosita, generalizando—. ¡Ah, señores, desconsuela el grado de corrupción al que se ha llegado en nuestros días! ¿Hacia dónde vamos? Al precipicio, señores, al caos... ¡Ah, qué ejemplar, qué apacible y sosegada vida la que hacían nuestros abuelos! ¿Y por qué hoy tanta miseria? ¿Por qué tanta impiedad y perversión? Por la ignorancia.... ¡Luz y más luz es lo que se necesita!... Pero instrucción cristiana, se entiende. ¡Moral cristiana, señores! Si se quiere evitar mayores males, hay que combatir la criminal indiferencia religiosa del pueblo.... »Hay que saber educar para no tener que castigar; éste es un principio muy cristiano. El hombre, o se endereza de niño o no se endereza nunca. Hay que ir directamente a la Escuela. Hay que entronizar allí [a Jesucristo], para que ilumine y guíe con su infinita sabiduría los pasos del maestro... para que inculque en los infantiles corazones el santo temor a Dios, para que los enseñe a... pensar un poco más en el espíritu, a despegarse de la tierra para acercarse a Dios.» ¡Con razón que a doña Rosita, que es el personaje femenino más cuidadosamente caracterizado en la novela Gentes y gentecillas, su autor costarricense Carlos Luis Fallas la calificara de «perversa, chismosa, ridículamente vanidosa y afectada»! También tiene razón el profesor Víctor Manuel Arroyo en el prólogo al decir de doña Rosita: «Es una rara mezcla de hipocresía y de perversidad. Está en el grupo de la “gente” y tiene el peor concepto de la “gentecilla”.» Sin embargo, tal vez porque con frecuencia Dios se vale de ciertas personas malpensadas y menos pensadas para enseñarnos grandes lecciones morales y espirituales, doña Rosita misma tiene razón al decir que necesitamos «luz y más luz», instrucción y moral cristiana, para evitar que mayores males trastornen a nuestra sociedad. Más paradójico aun es que Fallas haya puesto en boca de doña Rosita palabras afines a las de uno de los hombres más sabios de la historia universal. Se trata del rey Salomón, quien afirma en sus proverbios: «Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.... El temor del Señor es el principio del conocimiento... [y] de la sabiduría.... Prolonga la vida... [y] evita el mal.... Es un baluarte seguro que sirve de refugio a los hijos». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Gentes y gentecillas

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«Mi esposa se sintió muy atraída por un muchacho atractivo»

4/30/2025
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Después de diez años de casados, mi esposa se sintió muy atraída por un muchacho atractivo y mucho más joven, que llegaba a la casa para vendernos pan. Pasaban a veces hasta cuarenta minutos platicando en frente de nuestra casa. Yo le decía a mi esposa que no era correcto lo que hacía, pero ella me respondía que era sólo una amistad inofensiva. Se lo advertí muchas veces, hasta que llegaron al punto de que se veían afuera y, según me comentó, se besaban.... No sé qué hacer.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »... Es importante reconocer que su esposa sí optó por contarle a usted acerca del beso. Ella pudo haber guardado el secreto y haber seguido la relación amistosa con el joven, pero decidió más bien contárselo a usted. Como ella se lo confesó, vamos a suponer que está arrepentida y que quiere reparar la relación entre ustedes dos. »Es posible que usted esté enojado con ella debido a que no acató su advertencia en cuanto a lo inapropiadas que eran las largas conversaciones que tenía con el joven. ¿Acaso estaba ella tratando de desquitarse por algo que usted hizo, tal como una relación que usted tuvo o está sosteniendo con otra mujer? ¿O estaba procurando que usted se pusiera celoso porque ella siente que usted no le está prestando suficiente atención? Ella bien pudiera sentirse insegura por estar envejeciendo o por su apariencia física, y la atención que le estaba prestando el joven la hizo sentirse más segura de sí misma. »No hay duda alguna de que lo que hizo su esposa no fue lo correcto y que esa brecha en la confianza pudiera destruir su matrimonio, si usted lo permite. Pero como nos está pidiendo un consejo, creemos que quiere salvarlo. »¿Puede usted perdonar a su esposa de una vez y para siempre y no volver nunca a echárselo en cara? Recuerde que Jesucristo dijo que si usted no perdona los pecados de los demás, el Padre celestial no perdonará los pecados suyos. Él estaba enseñando que para que cualquiera de nosotros sea perdonado por nuestros pecados, tenemos que estar dispuestos a perdonar a los demás. »Nosotros creemos que es fundamental que usted y su esposa asistan por lo menos a unas cuantas sesiones de terapia matrimonial a fin de que un consejero pueda ayudarles a los dos a fijarse límites con relación al futuro. Sin un mediador, creemos que les resultará muy difícil salir airosos de esta situación tan complicada. »Aún más importante, le recomendamos que los dos vuelvan a comprometerse mutuamente y que le pidan a Dios que los una de nuevo. Pídanle que les ayude a encontrar recursos para fortalecer su matrimonio. Muchas iglesias grandes u organizaciones comunitarias ofrecen talleres para matrimonios o incluso grupos de terapia matrimonial que pudieran ser de gran ayuda para ustedes.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 840. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Mi nuevo esposo quiere adoptar a mi hijo»

4/29/2025
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Hace cinco años anduve con un hombre casado y tuvimos un hijo. Cuatro años después conocí al que ahora es mi esposo, y al que amo con todo mi corazón. Él quiere tomar a mi hijo como suyo.... Me dice que quiere que seamos una familia, y sólo él quiere ser su papá, ya que el verdadero papá de mi hijo no lo busca mucho.... »No sé qué hacer. Por un lado está mi hijo que tiene derecho de ver a su papá, y por otro mi esposo, y no quiero hacerlo a un lado.» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »¡Ha acertado usted al buscar este consejo de nuestra parte! Es que en nuestra propia familia tenemos experiencia con tres hijos adoptivos y dos padres biológicos. »En primer lugar, permítanos resaltar algo que usted dijo, y en lo que está equivocada. Usted dijo que el padre verdadero es el padre biológico. Eso no es cierto. El padre verdadero es el que arropa bien en la cama al niño cuando se acuesta de noche. El padre verdadero enjuga las lágrimas del niño y le limpia el rostro sucio. El padre verdadero se esfuerza en su trabajo a fin de proveerles un hogar seguro al niño y a la madre del niño. Y el padre verdadero abraza al niño y le dice: “Te amo.” »En el caso suyo, es obvio que su esposo es el verdadero padre del niño. El padre biológico es el que contribuyó en su ADN, pero eso no lo convierte en el padre verdadero. Pregúntese: “¿Cuál de estos hombres le ha mostrado amor a mi hijo? ¿Cuál de ellos quiere tener un futuro con mi hijo? ¿Y cuál de ellos quiere proveerle un hogar y darle amor a mi hijo?” El padre verdadero es ese hombre. »Usted está preocupada de que su hijo necesita conocer a su padre biológico. Tal vez algún día, cuando sea adulto, pueda ser así. Pero por ahora basta con su padre verdadero. Podemos decirle por experiencia propia que un hijo adoptivo puede crecer sano y feliz sin jamás haber conocido a sus padres biológicos. Y a muchos hijos adoptivos no les interesa, ni siquiera después de ser adultos, buscar y conocer a sus padres biológicos debido a que tienen la sabiduría necesaria para saber que tuvieron padres verdaderos desde el principio. »Le aconsejamos que le dé todo su apoyo a su esposo en el deseo que él tiene de adoptar legalmente a su hijo. Pídale al padre biológico que ceda formalmente los derechos de paternidad. Es probable que él acceda a su petición; pero si no lo hace, entonces él debe comenzar a sostener al niño económicamente cada vez que recibe su sueldo, y debe sacar tiempo para estar con su hijo puntualmente cada semana. Si él no está dispuesto a hacer esas dos cosas, usted debe consultar con un abogado en cuanto a solicitar que un juzgado haga que cesen los derechos de paternidad que él ha tenido. »Dios la ha bendecido a usted con un esposo amoroso que quiere ser un verdadero papá para su hijo. »¡Le deseamos que su familia sea feliz! »Linda y Carlos Rey.» Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 122». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Obligada a elegir entre el esposo y los hijos

4/28/2025
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Me casé y, a inicios de la pandemia, mi esposo migró solo a [otro país]. Mis dos hijos y yo nos quedamos. Con el paso del tiempo, me enteré de que tiene mujeres que paga por sexo. Él dice que sólo es eso, pero eso me partió el corazón y estoy devastada.... »Ahora él me dice que, si quiero que nuestra relación no se acabe, debo irme para estar con él, pero mis hijos no quieren viajar, así que no sé qué hacer. Si me quedo, sufriré por perder a mi esposo, y si me voy, ¿cómo dejaría a mis hijos? Cualquiera que sea la decisión que tome, saldré lastimada y perderé algo.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »¡Usted tiene toda la razón! No hay decisión alguna que le permita tener todo a su favor. Así que es prudente de su parte pedir ayuda para hacer una elección tan trascendental. »Hay varios hechos que vamos a tener que suponer debido a que usted no los especifica. En primer lugar, suponemos que sus hijos tienen un padre que no es su esposo actual. De lo contrario, ¿por qué habría de querer un hombre (en este caso, su esposo) que sus propios hijos fueran abandonados por la mamá? Pero, si no son hijos de él, pudiera no importarle mucho si usted los abandona. Es más, tal vez una de las razones por las que su esposo se fue del país es que no se llevaba bien con los hijos suyos. »Por otro lado, si su esposo sí es el padre, entonces suponemos que esos hijos tienen la suficiente edad como para ser independientes. En ese caso, su esposo pudiera estar planeando ayudarles más adelante.... »Sin embargo, en realidad ninguna de nuestras suposiciones importan porque su esposo ya la ha engañado y ha quebrantado sus votos matrimoniales. Sería muy imprudente volver a confiar en él. Después de todo, él no está pidiéndole que vaya a estar con él porque la ama. La está amenazando más bien con que si usted no hace lo que él quiere, está listo para relacionarse con otras mujeres. Y así como ya la ha engañado, es muy probable que va a seguir haciéndolo. »Nosotros nunca recomendamos que los cónyuges vivan en diferentes países el uno del otro. Algo parecido a lo que le ha pasado a usted ha ocurrido en los casos de un sinnúmero de mujeres. »Cuando su esposo cometió adulterio, quebrantó los votos y la confianza que los mantenía unidos. En algunos matrimonios puede haber perdón y un nuevo comienzo, pero no creemos que haya esperanza en el caso suyo.... »En sus esfuerzos por salir adelante, pídale a Dios que la ayude, y confíe en su dirección divina. Lea el Nuevo Testamento de la Biblia y tome decisiones basadas en los principios que ahí aprenda.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 839. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Nada que me haga desear ser madre»

4/26/2025
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Mi esposo y yo tenemos treinta y dos años de edad, y poco más de un año de casados. Antes de casarnos decidimos que tendríamos dos hijos... pero ahora quiero posponer ese embarazo porque disfruto mucho de la vida con mi esposo y del tiempo a su lado. El otro motivo es por las finanzas. Ahora tenemos lo necesario, pero con un bebé nuestros ingresos serían insuficientes. »Ya lo conversé con mi esposo, y él está de acuerdo en posponer el embarazo unos meses.... ¿Es pecado este sentimiento mío de apatía hacia la maternidad? ¿Cómo lo puedo cambiar? Es que no encuentro nada que me haga desear ser madre.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »No hay nada en absoluto en la Biblia que requiera que las mujeres sean madres.... Y en definitiva no es un pecado que [usted no tenga el deseo de serlo]. »Sin embargo, debido a que usted y su esposo decidieron antes de casarse que tendrían dos hijos, creemos que si usted ahora le dijera que no quiere tener hijos, con eso estaría violando el acuerdo. Si él considera importante el tener hijos, tal como parece, entonces usted hizo lo indebido al casarse con él si no iba a ser consecuente con el plan de hacer todo lo posible por tenerlos. »Ahora bien, la decisión de tener hijos no implica necesariamente tenerlos en seguida. Nosotros creemos que es prudente que los cónyuges pasen tres, cuatro o cinco años juntos antes de tenerlos. Eso da margen para que se concentren en su matrimonio y lleguen a conocerse mejor. También da margen para que los dos trabajen fuera del hogar a fin de ahorrar dinero para cuando lleguen esos hijos. »Como usted sabe, muchas mujeres ahora tienen bebés poco antes e incluso poco después de cumplir los cuarenta años. Por supuesto, corren más riesgos las que quedan embarazadas siendo ya mayores, y algunas mujeres no tienen la misma energía que cuando eran más jóvenes para correr detrás de niños pequeños. Sin embargo, otras descubren que pueden disfrutar de sus hijos aún más a causa de la vida que han llevado hasta antes de tenerlos. »En el caso suyo, a usted aún le quedan algunos años antes de tener que preocuparse por el riesgo de complicaciones en el embarazo. Y si bien es cierto que, por lo general, después de cumplir treinta años la fertilidad comienza a menguar un poco, no deja de haber una probabilidad muy alta de quedar embarazada hasta cerca de los cuarenta años. »Le recomendamos que usted y su esposo oren juntos todos los días y le pidan a Dios que los guíe. Pídanle que les ayude a llegar a un acuerdo que ambos aprueben por igual. Determinen que será una conversación con Dios y no con todos sus amigos y familiares que piensan que saben lo que más les conviene a ustedes.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 720. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Por el valor de un joven

4/25/2025
La temperatura era helada: diez grados bajo cero. El viento era fuerte: cuarenta kilómetros por hora. No era tiempo propicio para esquiar. Pero la señora Chris Bailey quiso de todos modos subir a la montaña. Así que llevó a su pequeña hija, Ángela, de cinco años, y las dos subieron al telesquí y empezaron el ascenso. A la mitad del trayecto, y a veinte metros de altura, la silla en que subían perdió un soporte. La niña se desprendió de la madre y quedó colgando, sostenida de un solo brazo. La tragedia era inminente. Cinco minutos más, y la niña caería del telesquí. Fue entonces que intervino Samuel Durán, valiente joven de diecisiete años. Trepó como un gato por los hierros de la torre de sostén, se aferró del cable y, desollándose las manos con los alambres, bajó diez metros hasta donde colgaba la niña, y la salvó. La madre, agradecida, expresó su sentimiento con una oración: «Gracias, Padre celestial, por el valor de este joven.» Esta cuasi tragedia, que no llegó a ser, ocurrió en las montañas de Utah, al comienzo del invierno de 1990. Fue notable la decisión de Samuel Durán de trepar hasta la torre de sostén del cable, deslizarse por el cable mismo, y cobrar fuerza suficiente para rescatar a la pequeña. Y la expresión de la madre tenía su razón de ser. «Gracias, Padre celestial, por el valor de este joven.» Porque Samuel era un joven tímido, apocado. No había sobresalido ni en el deporte, ni en los estudios ni en ninguna actividad social. Sus conocidos lo habían tenido siempre por «poca cosa». Pero nadie sabe cuánto puede obrar el poder de la voluntad cuando ésta se necesita. Samuel sintió con urgencia que la salvación de Ángela dependía sólo de él. Si él no la salvaba, la niña moriría. Dios es esa fuerza imponderable que actúa en los seres humanos en el momento de necesidad. El hombre moderno, intelectual y complejo ha desalojado a Dios de su vida. No lo toma en cuenta, ni siquiera cuando lo necesita. Por eso vive en tensión continua, en frustración y en depresión. Todos necesitamos con urgencia buscar a Cristo, fuente de verdad, luz y vida. Él es quien da libremente el socorro. Cristo está, ciertamente, en las páginas de la Biblia, pero está también al lado del que lo busca. Él desea ser nuestro Libertador. Permitamos que Él nos salve y nos dé su paz. Hermano Pablo Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Crímenes pasionales

4/24/2025
En el puerto de El Grove en Pontevedra, España, vivía un sacerdote llamado Meco que tenía la mala costumbre de portarse con las mujeres como si no hubiera hecho votos de celibato. El tal Meco piropeaba a cuanta mujer le caía bien, y hacía caer en su trampa a las señoras que eran fácil presa de sus galanteos y hasta a algunas que no lo eran. Cierto día el padre Meco perdió los estribos y forzó a una mujer. Las compañeras de la víctima, al enterarse, hicieron causa común y salieron en persecución del descarado clérigo. Cuando le dieron caza, lo ajusticiaron ahí mismo. Según cuenta la crónica, lo colgaron de una higuera, pero hay quienes insisten en que lo colgaron de un campanario. De cualquier manera, de una vez por todas acabaron con la galantería y con la vida vergonzosa del sacerdote. Los vecinos del lugar frustraron todo intento que se hizo por averiguar quién fue el autor del crimen, pues se confabularon y, cada vez que los interrogaban, respondían: «Lo matamos todos nosotros.» Con eso impidieron que concluyera satisfactoriamente la investigación. En el caso de la muerte de Meco hubo dos grupos de personas interesadas. Mientras las unas impedían que llegara a saberse oficialmente quiénes eran los autores del crimen, las otras se morían de las ganas por saberlo. De ahí que surgiera el dicho: «¿Quién mató a Meco?» Las consumía una curiosidad natural, lo cual no tiene nada de extraño. Ante un crimen pasional como ese, lo que sí nos extrañaría es que se mostraran indiferentes. Siendo así, ¿por qué será que hay tantas personas que desconocen el crimen pasional más grande que jamás haya perpetrado la humanidad? ¿Acaso no es eso lo que sucedió cuando Jesucristo, el Hijo de Dios, murió por nuestros pecados, colgado en una cruz? Al fin y al cabo, ¿quién mató a Jesús? Esa es la pregunta que exige respuesta. Tal vez la razón por la que tantos evitamos encarar esa pregunta es que la respuesta nos señala a nosotros mismos. Al igual que los vecinos de Pontevedra, debemos responder: «¡Lo matamos todos nosotros!», sólo que en el caso de ellos no era necesariamente la verdad, mientras que en el nuestro sí lo es. Cuando San Pedro acusó a los judíos de matar a Jesús, crucificándolo por medio de hombres malvados,2 en cierto sentido nos estaba señalando a la vez a nosotros, pues fueron los pecados nuestros, junto con los de la humanidad de todos los tiempos, la causa fundamental de su muerte en la cruz. Sin embargo, si bien es cierto que los autores del crimen de la Pasión de Cristo somos nosotros, el Autor intelectual de esa Pasión es Él. Nosotros dimos el golpe mortal, eso sí, pero fue Cristo quien dio el golpe de gracia; pues fue por su gracia que a todos nosotros que lo matamos nos salvó de la condenación de ese crimen que Él sabe que cometimos3 y que por lo tanto no tenemos que ocultar. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Del hecho al dicho

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«El amor por nuestro hijo nos mantiene juntos a pesar de todo»

4/23/2025
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace más de quince años, conocí a una mujer con quien inicié una relación sentimental. Ella es diez años mayor que yo. En un principio todo era muy bonito.... Dos años después de iniciar la relación, tuvimos un hijo.... »Todo ese tiempo hemos vivido juntos, pero hemos tenido problemas y hemos estado a punto de separarnos. Sin embargo, yo siempre he luchado por no separarme de mi hijo. No nos hemos casado. Cada día la relación está más rota, pero el amor que ambos sentimos por nuestro hijo nos mantiene juntos a pesar de todos los problemas.... Siento que ni ella ni yo somos felices, y ya no sé qué hacer.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Admiramos mucho que usted diga: “el amor que ambos sentimos por nuestro hijo nos mantiene juntos a pesar de todos los problemas”. Los felicitamos a ambos por darle prioridad a las necesidades de su hijo por encima de las suyas propias. Los dos son realmente excepcionales al estar dispuestos a sacrificar lo que ustedes desean por el bienestar de su hijo. »Si bien es cierto que, debido a que no se han casado, sería menos complicado separarse, de todos modos necesitarían los servicios de un abogado para formalizar un acuerdo de custodia y manutención del hijo.... »Usted dice: “Siento que ni ella ni yo somos felices.” Eso se debe a que no están cumpliendo las expectativas del otro. Un consejero profesional pudiera servir de mediador para ayudarles a darse cuenta de esas expectativas y a expresarlas, a la vez que les enseña cómo comunicarse de una manera más positiva. »Sin embargo, si uno de los dos o ambos no están dispuestos a acudir a un consejero profesional, y si ninguno de los dos está interesado en reavivar la relación que tienen, entonces deben decidir juntos cómo proveerle a su hijo un hogar estable y tranquilo. »Por ejemplo, pueden ponerle punto final a su relación física, acordando cuidar a su hijo como compañeros de cuarto con una relación platónica. Al dejar de tener la expectativa de satisfacer las necesidades del otro, tendrán más tiempo para concentrarse en las necesidades de su hijo y hacerlo feliz. Tienen muy pocos años más hasta que el tiempo que pasen con él sea mucho más limitado. Aprovechen entonces al máximo cada día que tienen con él mientras puedan. »¿Está usted dispuesto a sacrificar una vida sentimental durante esos años con el fin de hacer lo debido por el bienestar de su hijo? ¿Está dispuesto a abstenerse de salir con otras mujeres a pesar de que usted y la madre de su hijo ya no tienen una relación romántica o física? ¿Está dispuesto a comunicarse serenamente con ella, como también a mantenerse calmado cuando no están de acuerdo, por el bien de su hijo? Lo único necesario para hacer todo eso es que el amor que le tiene a su hijo supere el amor que tiene por sí mismo.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 838. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Una sanción semántica

4/22/2025
El 25 de febrero de 1610, el rey Felipe III creó el Tribunal de la Inquisición en el distrito del Nuevo Reino de Granada, costas de Tierra Firme, Barlovento, la Española y el territorio de la Audiencia de Santo Domingo. Para administrar el Tribunal del Santo Oficio comisionó a la orden de los dominicos y designó como centro la ciudad de Cartagena de Indias. No fue sino hasta el 2 de febrero de 1614 que se realizó el primer auto de fe en Cartagena de Indias. Fueron sancionados un hechicero, Juan Lorenzo; un fraile, Diego Piñeros; un carpintero, Andrés Cuevas; un buhonero, Juan Mercader; un señor acusado de hacer pacto con el diablo, Luis Andrea; y un portugués, Francisco Rodríguez Cabral. La causa de la sanción de aquel portugués fue sin duda una de las más dignas de comentario de todas: rezaba mal el credo. Rodríguez Cabral no decía que nuestro Señor Jesucristo «resucitó de entre los muertos» sino que «resucitó a los muertos». ¡Valga la diferencia semántica! Aquí cabe señalar que esa diferencia entre resucitar «de entre los muertos» y resucitar «a los muertos» es más que un juego de palabras. Si aceptamos la veracidad del relato de los evangelios, las únicas posibilidades que existen son creer que Cristo resucitó a otros pero no resucitó Él mismo, o que resucitó a otros y también resucitó Él mismo. El que Cristo resucitara a otros antes de su propia muerte implica que tenía el poder para resucitar Él mismo en caso de morir. En otras palabras, no tiene lógica creer que Cristo pudo resucitar a otros, pero que Él mismo no pudo haber resucitado. Al contrario, pudiera argumentarse que el hecho de que don Francisco Rodríguez Cabral creyera que Jesús resucitó a los muertos implica que tuvo que haber creído también que resucitó de entre los muertos, es decir, que Cristo mismo resucitó. ¿Quién hubiera pensado que habrían de tener más fe en la posibilidad de resurrección los jefes entre los judíos que los discípulos mismos de Jesús? Fueron esos dirigentes judíos quienes recordaron y tomaron en serio las palabras proféticas de Cristo respecto a que resucitaría tres días después de ser entregado, condenado a muerte, azotado y crucificado. «Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron —afirma San Pablo—. Con su poder Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros.» Para que esto suceda tenemos que confesar que Jesucristo es el Señor y creer que resucitó de entre los muertos. Así podremos salvarnos de la sanción capital del Inquisidor divino en el Tribunal supremo que nos espera. Y así podremos resucitar para ser transformados con un cuerpo incorruptible e inmortal. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Supersticiones y agüeros colombianos

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«Lógica primitiva»

4/21/2025
«Hacía ocho años que tenía en jaque a todo el Cibao. Se presentaba de improviso en Santiago, desaparecía y al otro día abaleaba un soldado en Salcedo.... Se dijo que era brujo; que cuando lo quería, se hacía invisible. Se le temía como a un dios implacable. El Gobierno despachó cientos de hombres tras él, y el ejército llenaba la cárcel de pobres campesinos, sospechosos de encubrirle. Nada.... »... Me llenó de sorpresa verlo tan sereno... como si no fuera el objeto de una caza feroz y larga. Llevaríamos más de media hora allí. Él había contado innumerables episodios de su vida y parecía muy cansado. Tenía una voz triste.... Él era campesino, joven.... »—Quique. Quizá yo pueda serle útil sin faltarle a mi conciencia. »—No, amigo, no tiene que faltarle; sólo lo quería pa conversar con usté. Me parece que no voy a durar mucho, y como de mí se habla tanto, no quería morirme sin que siquiera un hombre supiera que de no acosarme como un perro con rabia, esto se hubiera evitao.... »... Torné a verlo. Ni miraba ni se movía. Negro, triste y perseguido... »—No piense mal, Quique. ¿Por qué va a morirse usté? »—Es que tengo que morirme, amigo.... He pasao muchos años poniéndole el frente al diablo y llevándome en claro a muchos vagamundos; pero hace unos quince días que me pasó una cosa muy mala, y dende entonces ni an duermo.... Quique había estado rondando por Licey en pos de un compadre enfermo, y los soldados lo velaron. Ellos no acertaban nunca, porque la fama de Quique les hacía temblar el pulso a los mejores. Además, no se cuidaban de que hubiera o no gente. Mejor si la había, porque así se propalaba la noticia de que se había enfrentado al temible Quique Blanco, y eso, claro, podía proporcionar algún ascenso. Así, ese día una niña cruzaba cerca del fuego. La cogió una bala de Quique. Él la vio caer, y de golpe sintió que se le aflojaba el corazón. »—Dende ese día ando como loco, amigo. Cierro los ojos y la veo cayendo. Era una pobre criatura. No me lo perdono, amigo, y quisiera tener el poder de Dios pa devolvérsela a su mama.... »—¿Usté tiene hijos, Quique? —pregunté. »—No, amigo. Si hubiera tenío uno... »Adiviné el resto. En su lógica primitiva, dar su hijo en pago de la muerta era una solución. ¡Y eso lo pensaba él, que no sabía cómo se quiere a un hijo!... »Dos días después... me encontré con la noticia de que un muchacho de Moca había sorprendido a Quique Blanco durmiendo y le había destrozado la cabeza de un tiro con el revólver del propio muerto. Más tarde supe que habían paseado el cadáver por todos los pueblos del Cibao, para que la gente no creyera que seguía vivo.» Este cuento del ilustre escritor cibaeño Juan Bosch, uno de sus Cuentos escritos antes del exilio y por lo tanto antes de que llegara a ser presidente de la República Dominicana, nos recuerda que Dios sí dio a su Hijo en pago de la muerte que merecía cada uno de nosotros a causa de nuestro pecado, y que, a diferencia de lo que sucedió luego de que mataron a Quique Blanco, no había cadáver suyo que pudiera pasearse por los pueblos de Judea o de Galilea «para que la gente no creyera que seguía vivo». Porque Jesucristo resucitó, y hoy quiere que lo busquemos de todo corazón para que lleguemos a conocerlo en persona como Él realmente es, un Dios poderoso pero clemente y compasivo. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Cuentos escritos antes del exilio

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